miércoles, 22 de julio de 2009

HABLAR POR HABLAR

Desde hace muchos años soy oyente del programa " hablar por hablar" de la cadena SER.
Un programa nocturno, donde la gente llama para contar sus penas, sus alegrías( las menos), sus problemas( las más).
Según transcurre el programa voy flipando en colorines, me doy cuenta de que la vida trae unos líos de padre y muy señor mío que diría mi madre.
La presentadora con más paciencia que el santo Job, escucha tranquila a los oyentes, ella nunca opina, nunca recrimina, nunca deja que sus pensamientos salgan a la luz.
Se trata de que alguien cuente su historia por inverosímil que parezca y que los oyentes a su vez llamen (número gratuito por cierto) para opinar sobre el tema o aconsejar.
Escuchas historias a veces desgarradoras, a veces divertidas, a veces inapropiadas.
Madres separadas con hijos que no reciben la pensión alimenticia, viudas que acaban de perder al marido después de toda una vida juntos, padres que no saben que hacer con sus hijos, familia, amantes...
Líos amorosos entre yernos y suegras, nueras y suegros, crisis, abusos infantiles, en fin la vida misma.
Supongo que el éxito del programa que lleva más de 20 años en antena, se basa en que la gente tiene que contar lo que le pasa y que mejor forma de hacerlo que ante un micrófono, a desconocidos y en cualquier caso en el anonimato.
Es una especie de psicólogo pero sin cita y sin medicación. Tú sueltas tu problema y esperas a que algún alma caritativa te de la solución.
Recuerdo hace mucho una llamada que me impactó. Una señora había dejado a su padre en el banco del parque como todos los días para que charlara con sus amigos y tomara en solecillo. Deporte nacional de muchos abueletes que no tienen más que hacer que dejar pasar los días en el parque.
Pues bien el abuelo no había vuelto, todo el mundo salió a buscarlo, se puso en conocimiento de las autoridades, se presentó la denuncia, se dio aviso al barrio pero nada.
Por la noche esta señora llamó contando la historia, llorando desconsolada porque ya no sabían que hacer.
Al poco empiezan las llamadas, creo haberle visto por esta zona, mira ver si por la calle de abajo, en fin. Hasta que unas horas más tarde se pone en contacto un grupo de limpieza del ayuntamiento diciendo que han encontrado al abuelo y que lo tienen en la caseta donde guardan los útiles, que está bien pero desorientado.
La hija que oye la llamada y a buscar al padre. Mientras los operarios hablan con la presentadora se oye llegar a la familia, llantos, besos y muchas muestras de agradecimiento a los barrenderos.
Todo el mundo llorando de la emoción, creo que hasta la presentadora y los chatines ( personas que están en el chat de hablar por hablar y que son los primeros en opinar vía Internet)soltaban lágrimas como puños.
En fin que siempre hay frikis que cuentan historias que no hay quién se las crea, pero a veces surge algo de esto y entonces te das cuenta de la utilidad de este tipo de programas.
Espero que me siga acompañando en mis noches de insomnio durante muchos años más. Besos.

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